Desde el Sindicato de Estudiantes Independiente, consideramos la LOMCE como un ataque directo y feroz al conjunto del estudiantado y a la educación pública. Con multitud de mecanismos, esta reforma educativa empobrecerá el nivel de la educación pública hasta extremos nunca vistos, favoreciendo y primando los intereses de la educación privada y de las empresas. Como no podía ser de otra manera, los únicos agentes que se benefician con esta reforma son aquellos con los que se ha dialogado para la elaboración de la misma, es decir, la Iglesia Católica y sus instituciones educativas, a las que se les concede todo tipo de privilegios.
La igualdad de oportunidades y el derecho a una educación universal e integral se verán atacados de manera flagrante con la supresión de asignaturas (sobre todo las que fomentan los valores humanos y sociales y el pensamiento crítico) y la segregación del alumnado según criterios elitistas. Así, poco a poco, se irán creando dos clases de alumnado: los que tendrán posibilidades de ir a la universidad y los que tendrán que contentarse con un futuro más que precario e inseguro. Además, la LOMCE golpea las ya de por sí escasas estructuras democráticas con que cuenta la educación preuniversitaria, como el Consejo Escolar, dándole a las figuras del director y de los gestores del gobierno y de proyectos empresariales un papel mucho mayor.
Las reválidas que se introducirán funcionarán como un verdadero filtro, impidiendo a ciertos sectores de la población acceder a los cursos superiores. Este mecanismo, que nos recuerda sin lugar a dudas a los métodos del franquismo, en absoluto pretende solventar las dificultades que puedan tener las y los alumnos, sino que, de nuevo, será otro pretexto más para segregar al alumnado, esta vez según niveles.
La reforma continúa abriendo la vereda a la mercantilización de la universidad que venía produciéndose con Bolonia y la EU2015, ya que permite a cada universidad realizar un examen de ingreso diferente utilizando criterios semejantes a los de una entrevista de trabajo.
Por si fuera poco, el alumnado de FP se verá golpeado con la implantación de la FP dual, complemento precario a la LOMCE que cede al estudiantado a las empresas como mano de obra barata sin ningún coste para estas últimas.
Como vemos, aunque quieran hacer de la LOMCE un juramento por la mejora de la calidad educativa, la realidad demuestra que se trata de todo lo contrario, donde lo único verdaderamente importante es la rentabilidad económica que puedan sacar de ello y donde el estudiantado es un mero agente competitivo al servicio de la economía. Todos los valores y mecanismos pedagógicos que nos hacen ser solidarios y que construyen la educación como una herramienta al servicio de las personas quedan fuera de la LOMCE.
La educación pública será desmantelada por completo y, con ello, otro derecho más que esta crisis se lleva por delante. Las y los estudiantes no vamos a permitir que nuestra educación sea la moneda de cambio que pague los intereses de una deuda ilegítima.
Por todo ello, hacemos un llamamiento a la movilización para derribar esta reforma con la lucha en las calles y en las clases. Los días 5, 6 y 7 de febrero convocamos Huelga Estudiantil, que acabará con el día manifestación en la Plaça de Baix (ayuntamiento) #ParamoslaLOMCE
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