A partir de este año los alumnos que estén en un ciclo de formación profesional y quieran acceder a una carrera universitaria tendrán que realizar la selectividad voluntaria. Una prueba que lo único que tiene de voluntaria es el nombre, ya que obliga a los estudiantes que quieran acceder a una titulación muy demandada a realizarla para subir nota. Esta prueba tendrá los mismos contenidos que las materias que se imparten en bachillerato, y será la misma para los alumnos que vengan de FP y para los alumnos que hayan acabado ese año de estudiar el bachillerato.
Esto deja en una evidente situación de desigualdad a los alumnos de formación profesional, pues se verán obligados a examinarse de materias que en algunos casos, para los alumnos que hayan accedido al ciclo superior mediante el bachillerato, no habrán visto desde que acabaron éste, y en otros casos, para los alumnos que hayan accedido mediante prueba de acceso, no habrán cursado nunca. De manera que para prepararse este examen muchos tendrán que acudir a academias y clases particulares, obligando así a que hagamos un importante gasto de dinero en nuestra educación y dejando de nuevo en situación de inferioridad a los estudiantes que no puedan gastárselo. Y es que las posibilidades de acceder a la universidad pública se ven muy disminuidas para los estudiantes de formación profesional, que tendrán que competir con estudiantes que tienen esas asignaturas muy recientes. Claro que, para los que puedan pagar 6000 euros de matrícula, siempre les quedará meterse a la privada...
Nos parece que esta medida es un ataque contra los derechos de los estudiantes de FP y que además provoca un enfrentamiento entre estudiantes de bachillerato y estudiantes de formación profesional. Pensamos que, si como dicen esta medida se ha tomado porque muchos alumnos de bachillerato se quedaron sin plaza el año pasado, lo que deberían hacer es aumentar la inversión en la universidad pública y el número de plazas de las carreras más solicitadas, y no recortar las posibilidades de los estudiantes. Y es que al mismo tiempo que nos dicen que hay que invertir en formación para ser unos trabajadores cualificados el día de mañana se imponen medidas como éstas que impiden esta formación.
Los estudiantes no podemos permanecer quietos viendo cómo el acceso a la universidad pública es cada vez más difícil para nosotros. Debemos reivindicar el acceso gratuito para aquellos estudiantes que quieran seguir aumentando su formación y una educación pública de calidad para todo el mundo. Y esto sólo lo podemos hacer organizándonos y movilizándonos por ello, haciendo que nuestra voz se escuche y demostrando que la educación y nuestro futuro no es un juego con el que puedan maniobrar sin tenernos en cuenta.